martes, 26 de octubre de 2010

La inflación, los salarios y la casa propia

El esfuerzo salarial nominal para la compra de una vivienda mejoró en el último año, pero la inflación impide bajar tasas y por ende cuotas de crédito. Fruto de los acuerdos salariales firmados durante el último año, que en su mayoría superaron el 20 % y de la estabilidad cambiaria, el poder de compra del salario con respecto al valor de las viviendas mejoró en términos nominales.

Si bien esta situación podría juzgarse como favorable comparada a la existente el año anterior, la inflación y el corto plazo de los depósitos impiden que pueda plasmarse en una cuota hipotecaria que este al alcance del asalariado medio.

Desde el mes de octubre del 2009 a la fecha, el valor promedio de un departamento usado medio de tres ambientes se incremento en el orden del 4,35 % en dólares en promedio para las 18 localidades del país que formaron parte del estudio, mientras que los salarios privados registrados aumentaron en promedio para el conjunto de las localidades que fueron consideradas un 20,60 % entre el primer semestre del año anterior y el mismo período del actual.

El esfuerzo salarial medido en cantidad de años de ingreso promedio registrado correspondiente a cada provincia necesarios para la compra de una unidad de tres ambientes usada de calidad media se redujo en todas las localidades desde un mínimo del 8,19 % en la provincia de Corrientes hasta casi un 20 % en Trelew, en este último caso por efecto de la combinación de una reducida alza en el valor de la unidad con el incremento salarial más elevado correspondiente a la provincia del Chubut. En promedio la reducción del esfuerzo salarial para la totalidad de la muestra fue del 13,40 %.

La mejora producida durante el presente año con respecto al 2009 no hizo más que retrotraer la situación a la imperante hacia mediados del 2008 previo al momento en la que se produjo una paulatina devaluación del peso a partir de octubre de 2008.

Ahora bien, por tratarse la vivienda de un activo de elevado valor económico, una mejora en los salarios medios no implica necesariamente que pueda ser aplicada a la compra de un inmueble si no se logra que del salario pueda existir un excedente para derivarse al ahorro por lo que la mejora nominal debería convertirse en real y que el ingreso mensual permita destinar un porcentual razonable para el pago de una cuota hipotecaria para la compra de vivienda.

Así, en las condiciones actuales la cuota para la compra de un tres ambientes usado alcanza en promedio el 81 % del salario medio registrado. Solo en las ciudades del sur, donde se combinan alto ingreso y valores inmobiliarios más reducidos es posible acercar la cuota a porcentajes razonables del sueldo mensual que no deberían exceder del 30 / 35 % del mismo.

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